viernes, 27 de noviembre de 2015

HISTORIA DE LA PRIMERA TELETÓN EN CAÑETE

Luis Flores Olave
 La Teletón es un evento que mueve a todo el universo chileno, algunos con todo placer, otros a regañadientes, unos ven oscuros negocios y ganancias disfrazadas otros la observan desde el servicio y el apoyo que presta a miles de personas con discapacidad que han logrado levantarse para enfrentar el devenir diario con éxito.

Todo este tráfago de trabajo me hace recordar que esto comenzó el 8 y 9 de diciembre de 1978 y en lo personal residía en Cañete y como en aquella época no había medios instantáneos al igual que en la actualidad y la televisión era naciente, para nosotros, teníamos una vaga idea de lo que era esta campaña.
 
Todo Chile se movilizaba y en Cañete no pasaba nada. Nos reunimos, Germán Salas, Pedro Mendoza, Francisco Flores y yo, para ver que hacíamos. Un punto en contra era que el Banco no era el del Estado, por lo que no teníamos quien recaudara los dineros y nadie quería meterse en ese “problema” y que, creo, fue el más difícil de solucionar, porque quien ostentara el cargo debía ser una persona de reconocida transparencia.

 
De pronto me acuerdo de mi tío Carlos Abarzúa Ceballos, que además de su gran prestigio personal era el Oficial 1° de la Notaría de la comuna. Tras una corta conversación don Carlos acepta ser el “cajero” para lo que adquiere se su bolsillo un gran libro de actas donde, meticulosamente, va inscribiendo a cada persona, la cantidad que aportaba y su firma de conformidad, porque no había talonarios para entregar comprobantes.
Germán Salas Torres                             Pedro Mendoza Opazo
Tras tener todo eso armado, nos entrevistamos con la Dirección de Radio Millaray A.M. CD-158 y comenzamos el tendido de la línea de cable paralelo desde los estudios de la radioemisora hasta la Notaría, que funcionaba en calle Villagrán, al lado de Frontel y con un pequeño amplificador y una gran radio Sony que tenía la emisora el día en cuestión comenzamos con la transmisión.
 
Transmisión
Reconocer que la campaña fue exitosa y toda una novedad, en lo personal me correspondió (entre otras cosas) establecer contacto con Radio Portales e informar que estábamos realizando este trabajo y las cantidades aproximadas de dinero que llevábamos reunidas. Se grabó todos estos despachos para registro de la historia; sin embargo, curiosa y misteriosamente, estos aparecieron borrados (ya que había otros interesados en cumplir con esta misión).
 
La conexión con radio Portales, no era fácil ya que, en Cañete, sólo había 99 teléfonos con magneto (esos que parecían molinillos) y que había que contactar a través de operadora y ninguno de esos teléfonos pertenecía a la radio, por lo que había que esperar, pacientemente, en la fila de la Central de Cañete, que en ese tiempo funcionaba en calle Arturo Prat a la altura del 350 aproximadamente. Conectarse con la radio, en Santiago, era un milagro.
 
Francisco Flores Olave
Lo interesante de este trabajo fue que no hubo necesidad de montar un tremendo espectáculo, las autoridades de la época no le dieron la menor importancia a esta acción que fue de gran ayuda para que Cañete figurara entre los aportantes a esta campaña y la radioemisora, única de la época, cumplió con la premisa que debe haber en este tipo de situaciones: estar donde se le necesite y apoyar a los que no tienen voz.
Ese día, 9 de diciembre, fue muy entretenido, nos alimentamos solo de algunos sándwich y bebidas que costeamos de nuestro bolsillo, mientras nos turnábamos en el micrófono Germán Salas, Pedro Mendoza y yo y Francisco Flores, quien en la sala master de la radio colocaba uno que otro tema musical y se enganchaba (como podía) a las débiles señales de radio Portales que nos llegaba desde la Capital del Reino. Al final de la jornada solo nos felicitamos entre nosotros.
 
Posteriormente, nuestro “tesorero”, don Carlos Abarzúa Ceballos, tuvo que viajar a Concepción para realizar el depósito de los dineros, en la sucursal del Banco Chile de esa ciudad. Lamentablemente no tuvimos la precaución de guardar alguna fotocopia (no creo que hayan existido en Cañete) del recibo y del monto de lo aportado por la comuna.
 
Con el tiempo vemos que este trabajo ha variado un poco, las actividades se comunican al segundo por Facebook, twiter, Instagram y otros medios; por ejemplo: la escuela José Ulloa Fierro, de la comuna de Los Álamos, transmitió vía internet, en su página web, para los apoderados y el mundo entero su show de cierre de campaña, el día 26 de noviembre, ocasión en que su hall estuvo llena de público colaborando y las radios de la comuna se unen diariamente en lo que llaman “Radiotón”, en la que los auditores colaboran, dan sus direcciones y se va a retirar los aportes, domicilio por domicilio.
 
En lo referente a las comunas y sus autoridades, todos, montan espectáculos artísticos con participación de artistas locales, escuelas y la comunidad, quienes además van depositando sus aportes a personal del Banco Chile que se traslada, especialmente para realizar estas labores dentro de un horario determinado.
 
Lejos está ese día de diciembre de 1978, cuando un pequeño grupo de comunicadores cañetinos dijo “presente “ en la Primera Teletón de este país.

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